VIAJE FIN DE CURSO 4º DE ESO. PORTUGAL (IV)

Hola de nuevo. Con algo de pena volvemos a contaros cosas, y es que esto llega a su fin, cuando escribimos estas líneas, ya sólo queda el viaje de vuelta de mañana... Pero no os dejaremos sin saber lo que hemos hecho hoy.

Allá que vamos. Esta mañana nos hemos subido al autobús para desplazarnos a Sintra, donde tenemos previsto hacer la visita en la Quinta da Regaleira. Sintra ha sido desde hace mucho tiempo un sitio buscado por su belleza y situación, fue cayó bajo dominio vikingo, y poco después fueron los árabes los que se asentaron allí, finalmente los cristianos se establecieron allí hasta la fecha. La aristocracia y gobernantes la poblaban a menudo, pero se fue abandonando, hasta que tras el terremoto de Lisboa, se volvió a oponer interés en ella, reconstruyéndose y tomando la importancia que para la clase adinerada tuvo. Actualmente se pueden visitar el Palacio da Pena, el Palacio Nacional, el Castillo de los moros y numerosas quintas, fincas cerradas con amplios jardines en los que los dueños construían los más esplendorosos palacios, edificios y construcciones al gusto y estilo de finales del siglo XIX. Todo esto nos lo cuenta Manuelino en el autobús antes de llegar.

El paisaje es muy verde y montañoso, la abundante vegetación se debe a la influencia del Atlántico, que provoca numerosas nieblas y permite que el aire se cargue de humedad gran parte de los días.

Las carreteras son estupendas, está todo muy cuidado, el tráfico es fluido y respetuoso y tranquilo.

Tras una hora de viaje llegamos a Sintra, y desde donde nos deja el autobús, vamos andando hasta la Quinta da Regaleira. "Venga, que os estamos esperando ya en la puerta (además mirad qué monas vamos)"

                                      

Al estar estas Quintas construidas por los adinerados y poderosos, se conjeturaba sobre su pertenencia a sociedades secretas, órdenes, sectas o la masonería. Un ejemplo de esto es el pozo iniciático, quizás la atracción más famosa de la Quinta, un pozo de 27 metros al que los iniciados en la logia masónica descendían en un ritual que significaba su muerte como hombre normal, para renacer en el conocimiento cuyo fin último es el bien de la humanidad, no en vano, se conoce que numerosos hombres preclaros han pertenecido a logias masónicas, Isaac Newton, Henry Ford, George Washington, Mozart...

Es bastante impresionante descender hacia la rosacruz del fondo, bajando los distintos tramos de escalera y cruzando varios descansillos, siempre viendo la pétrea geometría girando alrededor.

 

Abajo hay cuevas que conducen a fuentes y estancias donde los ritos iniciáticos proseguían.

Las distintas construcciones como miradores, murallas, torres, senderos y fuentes se integran en un entorno de exuberante vegetación.

El palacio da Regaleira es un impresionante edificio neogótico manuelino que funcionó como residencia de recreo y pabellón de caza. El año en que terminaron las obras de la Quinta, el dueño fue nombrado Barón, aunque le duró poco, puesto que el año siguiente, se declaró la república.

Como hemos dicho los detalles son abundantísimos y están repartidos por todo el complejo.

Sintra es un bonito pueblo muy turístico, en el que se puede encontrar desde comida hasta recuerdos, pasando por licores o artesanía regional.

En la plaza principal está el Palacio Nacional, con orígenes muy antiguos y última residencia de los reyes portugueses.

El grupo del viaje de fin de curso de 4º de eso del Diego Torrente al completo.

Hala, al autobús otra vez para ir la restaurante a comer. De nuevo buffet libre, las albóndigas que tenían allí estaban muy buenas.

Tras la comida, la primera parada es en el Cabo da Roca, el punto más occidental del continente europeo, es curioso pensar que ese es el último trozo de tierra, el más cercano a cualquier otra tierra del otro lado del océano.

Tendréis que perdonarnos que en esta foto no salgamos bien peinados, pero es que el aire era bastante fuerte.

Otra vista desde un sitio más retirado, el obelisco de piedra marca las coordenadas geográficas de este punto tan significativo geográficamente.

Venga, Manuelino, ¿a dónde vamos ahora? A Cascais, a Estoril y ya de vuelta al hotel.

En Cascais vemos la boca del infierno, un hueco enorme al lado del mar, donde el agua ruge fuertemente cuando golpea, no tenemos foto de momento. Pero os podemos contar que al igual que Sintra, esta zona cuenta con mansiones y viviendas que denotan un gran poder, al menos en lo que a economía se refiere, o si no, mirad esta residencia con playa a sus pies, eso no lo construye cualquiera.

Ya en Estoril, famoso por ser lugar de exilio de reyes españoles, podemos disfrutar de un agradable paseo al lado del mar, la playa e incluso una piscina con agua marina. También seguimos viendo mansiones y casoplones acá y acullá.

Vamos por el espigón a escuchar el mar y sentir la brisa marina...

Aprovechamos también para tomar alguna foto...

Ya de regreso, poniéndose el sol, en el reflejo, Pedro, nuestro conductor, que nos ha acomodado los trayectos y ajustado los tiempos para que pudiéramos sacar el máximo provecho de este viaje tan bueno que hemos hecho.

El sol se está poniendo y nos están ya esperando para la cena. Habrá que preparar las maletas y dejar todo listo para mañana, que nos espera un largo viaje.

No sé si mañana contaremos algo más, así que, por si acaso, nos despedimos ya. Gracias a todos. Lo hemos pasado en grande.

Nos leemos en la próxima. Hasta entonces.